Pues no... No sé que pasa que mi trasto, a veces, devora lo que escribo... :(
Trocitos de corazón, lagrimas de una pena que se hace agua y sal; pedacitos de bello cristal donde se refleja la pena rota del ayer y la alegría recompuesta del futuro. Pues siempre somos y somos uno.
Te decía que la vida no es lo que nos pasa sino lo que hacemos con lo que nos pasa. Te decía que lo que nos define no es el amor que nos corresponde sino el amor que vivimos dentro, encuentre o no terreno fértil donde florecer. Cualquier persona se puede llevar su presencia y, con ella, nuestras ilusiones, pero jamás podrá llevarse nuestro sentimiento. ¡Y eso es lo más importante!
Como siempre, te dejo mi admiración, mi cariño y un abrazo a punto de espachurrar los huesos... :)
La sal dicen que lo cura casi todo. Ese corazón necesita recomponerse comosea. Muy bonito niña, muy bonito!! La ilustración me ha recordado a algunas de las que hizo mi hija. Besicos muchos guapa.
Fuerza llevan tus palabras, amiga Lucía. Fuerza el sentimiento, como siempre sucede en todos tus versos. Se te echaba de menos. Un beso enorme, para ti, entre huellas y más huellas.
Rotunda y exactas son tus palabras querida amiga, la madurez de todos los frutos dulces es el amor, y aunque la sal cure las heridas y estas siempre se mantengan visibles en el fondo siempre habitara la belleza de haberlo vivido. Me encanta leerte. Un besote desde tierras salmantinas
Eso esta bien, porque las heridas hay que curarlas, Un abrazo.
ResponderEliminarAm. Azzul.
La ausencia, el desamor..., los pedacitos de nuestras vidas que van cicatrizando poco a poco. Besos
ResponderEliminarPrecioso poema, preciosa imagen..... dolorosas heridas.
ResponderEliminarDeseo que curen muy pronto.
un beso
Curarás las heridas con la sal de tus preciosos y sutiles versos, querida lucía. Buen fin de semana. Besos y abrazos.
ResponderEliminarMaría
¿Anda por ahí el comentario que he escrito...? :(
ResponderEliminarPues no... No sé que pasa que mi trasto, a veces, devora lo que escribo... :(
EliminarTrocitos de corazón, lagrimas de una pena que se hace agua y sal; pedacitos de bello cristal donde se refleja la pena rota del ayer y la alegría recompuesta del futuro. Pues siempre somos y somos uno.
Te decía que la vida no es lo que nos pasa sino lo que hacemos con lo que nos pasa. Te decía que lo que nos define no es el amor que nos corresponde sino el amor que vivimos dentro, encuentre o no terreno fértil donde florecer. Cualquier persona se puede llevar su presencia y, con ella, nuestras ilusiones, pero jamás podrá llevarse nuestro sentimiento. ¡Y eso es lo más importante!
Como siempre, te dejo mi admiración, mi cariño y un abrazo a punto de espachurrar los huesos... :)
La sal dicen que lo cura casi todo. Ese corazón necesita recomponerse comosea. Muy bonito niña, muy bonito!!
ResponderEliminarLa ilustración me ha recordado a algunas de las que hizo mi hija.
Besicos muchos guapa.
La sal de la vida está en ti, no te preocupes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Fuerza llevan tus palabras, amiga Lucía.
ResponderEliminarFuerza el sentimiento, como siempre sucede en todos tus versos.
Se te echaba de menos.
Un beso enorme, para ti, entre huellas y más huellas.
Además de la sal...curan las heridas las palabras y el sentimiento siempre cercano de los amigos....
ResponderEliminarMil besos a cada uno de vosotros y todo mi cariño. Gracias, una vez más, por vuestra huella al lado de la mía :-)
Rotunda y exactas son tus palabras querida amiga, la madurez de todos los frutos dulces es el amor, y aunque la sal cure las heridas y estas siempre se mantengan visibles en el fondo siempre habitara la belleza de haberlo vivido.
ResponderEliminarMe encanta leerte.
Un besote desde tierras salmantinas
Hola, Benito, querido amigo, a mi me encanta que me leas y compartir contigo mis letras.
ResponderEliminarUn beso grande desde los "madriles" :-)