Para siempre…
Te dije - aquella
tarde - cuando las mimosas
susurraban besos
de atardecida
y los almendros
empezaban a florecer.
Para siempre…
Me dijiste - aquella
noche - cuando el vino
a beber era el
suspiro de nuestros labios
y las caricias
el suave terciopelo de la piel.
Hoy, que la nieve de Enero
transita nuestra
vida, brindo con la soledad
y busco en los
bolsillos del ayer tu amor.
copyright C.Lucía ©