Amantes somos y
encerramos en las alas de la noche nuestro amor…
Ávidos, uno del
otro, desgranan nuestros dedos
una letanía ardiente
de caricias que, como estigmas,
se graban en la seda de la piel mojando nuestras
sábanas.
Bailan nuestras lenguas
el baile del placer
entregándose por
entero en cada latido que marca nuestro tiempo.
Aletean mis pestañas por tu cuerpo mientras, agitados,
tus labios pronuncian mi nombre
De espaldas a toda
regla nos poseemos.
¡Petite mort!
copyright C.Lucía ©